Desde el momento que una mujer sabe que va a ser mamá, esta debe prepararse para lo que los meses venideros le depararán.
Tiene que informarse sobre el embarazo, sobre las pruebas que debe hacerse y para qué sirven, que tipo de parto desea para su pequeño (hospitalario, en casa, en el agua…), pero también debe prepararse para todo lo que vendrá después del nacimiento de su pequeño retoño. Una de las decisiones que deberán afrontar los papas es la de si celebrar baby shower o bautizo.
Comparemos ambas celebraciones para poder facilitar la decisión a los futuros papás.
El bautizo se celebra con él bebe ya en brazos de su madre, mientras que el baby shower se celebra durante el embarazo (aunque hay casos excepcionales que se realizan una vez ya ha nacido el bebé. En el caso del baby shower lo ideal es que se celebre durante el segundo trimestre de gestación, el cual suele ser el mejor para la madre.
Los bautizos suelen tender a banquetes del estilo de las comuniones o las bodas, pero en menor escala, con un número más pequeño de invitados.
El baby shower, se encuentra a medio camino entre un cumpleaños y un bautizo, ya que el menú suele ser buffet, suele haber una ambientación más festiva y con temáticas más festivas.
El bautizo tiene un significado puramente religioso. El bautizo es la celebración del Bautismo Cristiano. Celebrando así la incorporación del bebé a la vida cristiana. Muchos padres no creyentes terminan bautizando a su bebé por “obligación”, por ejemplo porque así lo desea alguna de las abuelas del bebé. El bautizo conlleva unas responsabilidades morales y religiosas que estos padres quizás no estén preparados para gestionar.
Por otra parte el baby shower no tiene ninguna connotación religiosa. Si no que es una costumbre que se remonta a la época victoriana, en la que las madres del entorno de la embarazada se reunían con esta para “cubrirla con una lluvia o ducha de regalos” y consejos. Los regalos que recibía la mamá consistían en consejos y ropa heredada de los hijos de las otras mamás. Hoy en día la finalidad de esta celebración es muy similar, siendo ambos padres los que reciben los regalos (no tan usados) para facilitarles la llegada del futuro bebé, pero también es una celebración para disfrutar con familia y amigos.
En realidad no son excluyentes. Una familia religiosa puede realizar uno o incluso varios baby shower durante su embarazo, y cuando ha nacido el bebé celebrar el bautizo. Pero si una familia realmente no es creyente, el baby shower es la alternativa no religiosa perfecta para celebrar con los amigos y la familia más cercana.
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