Luna de miel, ¿cuál es el origen de esta tradición?

La luna de miel es uno de los momentos más anhelados por los novios. Pero… te has preguntado alguna vez ¿cuál es su origen?

La luna de miel representa el inicio de una vida juntos como esposos, de manera que comenzar por todo lo alto es indispensable para las parejas. Además, se ha convertido en toda una tradición desde hace muchos años.

La luna de miel esconde una historia interesante

Por el nombre con el que se le bautizó a esta tradición, es posible que sospechemos que su origen está relacionado con en el mundo de la gastronomía. ¡Y así es! La historia de luna de miel está más vinculada con el consumo de alimentos que con viajar y conocer otros lugares del mundo.

Por otro lado, hay que mencionar que el periodo de la luna son de 29 días, ciclo que coincide con la menstruación de la mujer. Ahora bien, en épocas remotas las personas se alimentaban para sobrevivir y tenían relaciones sexuales con fines de perpetuar su especie, no para saciar su sed de placer. Así que para las parejas era fundamental mantenerse vivos y procrear.

Una costumbre con orígenes celtas

Procrear para asegurar la permanencia de la especie en la tierra era muy importante entre los celtas. Por ello, cuando una pareja decidía unirse, germinó la costumbre de aislar a los “novios” por 29 días para que intentaran tener hijos y prolongar el tiempo de su raza.

Pero, ¿de dónde proviene su relación con la miel? En aquellos tiempos se creía que este producto proporcionaba vigor, energía y era bastante efectivo para propiciar la fertilidad. Es decir, se pensaba que la miel que fortalecía físicamente a las personas que lo ingirieran.

Cuando una persona preguntaba por la pareja que había decidido unirse, se le comunicaba que se encontraban de ‘luna de miel’. Así, se entendía que estaban alejados para engendrar con ayuda de la miel y otros alimentos.

Una tradición que se mantendrá por los siglos de los siglos

A mediados del siglo XX, los recién casados aún se aislaban de sus familiares, amigos y conocidos durante 29 lunas o un poco más, al igual que los celtas. De esta forma se aumentan las posibilidades de que, a lo largo de ese mes, se lograse el objetivo: engendrar a un descendiente.

En definitiva, el origen de la luna de miel radica en la necesidad de la humanidad de procrear. Se trata de una fórmula para preservar la población y mantener su cultura durante la mayor cantidad de tiempo posible. Por supuesto, la finalidad de esta tradición ha cambiado bastante. A día de hoy, está principalmente asociada con el disfrute de los recién casados.

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