Creamos para esta pareja una boda mágica, llena de ilusión. Para nosotros ha sido emocionante porque hemos compartido un gran momento en sus vidas y hemos logrado hacer que sus sueños se hicieran realidad.

Cuando Andrea se puso en contacto con nosotros, faltaba tan poco  para la boda, eran tantos los sueños, las ilusiones, ¡los nervios y las preocupaciones! Y así lo manifestó en nuestra primera conversación telefónica. También recuerdo que al salir de su casa, al terminar nuestra primera reunión, ya su carita dulce era otra, transmitía alegría y paz y me dijo: “¡Ahora si estoy tranquila, sé que contigo todo saldrá genial, confío en ti!”. Estas palabras todavía hoy me emocionan.

Y a partir de ese momento seguimos un largo camino juntas, o mejor dicho juntos, porque luego conocí a David, un encanto de novio , y a la madre de Andrea, una guapa y muy dulce mamá deseando colaborar y apoyar a sus hijos para que hicieran realidad  ese maravilloso y soñado día.

Diseñamos, ideamos, planteamos y comentamos todos y cada uno de los detalles: música, fotografía, videos, decoración, dulces, poco a poco todo iba definiéndose y ocupando su sitio.

Desde un primer momento supimos que su vestido, (precioso, por cierto), sería blanco, y sus zapatos y ramo de rosas de un maravilloso azul eléctrico, ¡me encantan las novias osadas que se decantan por dar un toque de color y personalidad! Si además el color es precioso, como es el caso, muero de amor.

Y a partir de allí todo fue soñar, decidir y plasmar esos sueños. Así, cuando casi por arte de magia llegó la semana antes de la boda, todo estaba resuelto y muy claro, lo cual hacía que si bien Andrea seguía con los nervios maravillosos y propios de “una novia”, disfrutara de celebrar ¡el último día de los enamorados solteros!.

Y llegó el gran día

Si bien la boda sería el sábado, el viernes comenzamos a decorar y ambientar el maravilloso salón que habían elegidos los novios, ¡las cosas bonitas y bien hechas llevan su tiempo!

Finalizamos la tarea el sábado, ya que las flores y los dulces deben llevarse muy a última hora para que todo luzca fresco y radiante. Esa misma mañana Andrea volvió a decirme: “Estoy tranquila, confío en ti y sé que todo estará maravilloso”.

Cuando finalmente  vimos llegar el coche con unos felices y radiantes novios, parecía todo un cuento de hadas hecho realidad, ¡incluidos ellos y sus hermosas sonrisas!

Bajando la ventanilla del coche Andrea exclamó feliz: “¡Nancy, todo está precioso!”

“¿Desde la iglesia lo viste?“, pregunté. Y todos echamos a reír, sabiendo que sus familiares y amigos encantados con todo lo que habían encontrado en el salón, ya les habían enviado fotos felicitándolos por lo hermoso que estaba todo.

Y así siguió la fiesta.

Aquí te dejo el vídeo con los instantes más maravillosos de este gran evento:

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¡Cuéntanos qué sueñas y lo haremos realidad!

Con amor

♥ Nancy